Con el paso de los años y la experiencia, ha tomado mucha más relevancia la nutrición en el deporte. La alimentación de un futbolista de élite puede marcar una diferencia considerable en su rendimiento deportivo, que puede ser hasta  del 40% en sus depósitos de combustible muscular. 

Probablemente el fútbol sea uno de los deportes más exigentes con el cuerpo humano. “Un futbolista de élite lo es los siete días de la semana, por lo que debe cuidarse en todo momento para rendir de forma óptima los 90 minutos que juega” asegura el Doctor Antonio Escribano, Responsable de la Unidad de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal de la Real Federación Española de Fútbol y miembro de la Comisión de Nutrición y Hábitos Saludables del Comité Olímpico.

Una alimentación adecuada puede influir mucho en el rendimiento físico y, sobre todo, puede mejorarlo en gran medida ya que las diferencias entre futbolistas bien y mal alimentados son muy importantes.  En el transcurso de un partido se lleva a cabo un elevado y específico gasto energético.  Por ejemplo, las distancias recorridas varían entre 10 y 14 Km según el puesto que se ocupe en el equipo. Además se realizan frecuentes saltos y carreras de mayor o menor longitud y con mayor o menor continuidad, pero desarrollando una alta intensidad, “todo ello propicia variaciones en la demanda energética muy altas en cuestión de décimas de segundo, que para poder desarrollarse exigen que la presencia, disponibilidad y utilización del combustible adecuado por parte del músculo, sin olvidar el cerebro, sea esencial” explica el Doctor Escribano.

Alimentación e hidratación.

En el caso del fútbol, la energía procede fundamentalmente de los hidratos de carbono, mucho menos de las grasas y en muy escasa medida de las proteínas. La capacidad del músculo para mantener un ejercicio continuado, está relacionada íntimamente con el tipo de alimentación que se siga.

Es fundamental que el futbolista esté perfectamente hidratado durante los partidos como en el entrenamiento. Debe beber aproximadamente entre 20 y 30 centilitros cada 20 minutos, para que el jugador nunca tenga sensación de sed y reponer así la cantidad de líquido perdido. “El fútbol es posiblemente uno de los deportes que presentan una mayor exigencia metabólica en nuestro organismo, razón por la cual sólo se permite jugar un partido cada 72 horas” asegura el Doctor Antonio Escribano.

La alimentación debe ser rica en hidratos de carbono complejos, pasta, arroz y patatas en primer lugar, seguido de hortalizas, frutas, verduras, pescado y carnes tanto blancas como rojas. 

Queda totalmente prohibido el consumo de alcohol y muy limitado el de grasas saturadas, embutidos, dulce y todo tipo de bollería, ya que no aportan nada aprovechable desde el punto de vista del rendimiento nutricional. 

El diseño alimentario debe ser ajustado de manera concreta e individual para cada futbolista, no sólo se trata de mantener el peso del deportista, sino que es determinante en el rendimiento, la recuperación, prevención y curación de lesiones. Por lo que no es recomendable hacer dietas o adelgazar en periodos de competición, el jugador debe mantener su peso óptimo durante todo el año. 

Cada vez son más los deportistas que desde las categorías inferiores reciben información nutricional, lo que permite que cuando estos jugadores  lleguen a categorías superiores “sus cuerpos estén biológicamente entrenados para abordar la excelencia en el rendimiento deportivo”. 

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