A Oriol le encanta la NY Cheese cake y no sé cuánto tiempo hacía que no preparaba una. Obsesionada con hornear sin parar los más variados cupcakes, me olvido de las recetas más habituales que siempre son un éxito seguro. Por eso, he decidido adaptar mis recetas de dulces preferidos y trasladarlas al “mundo cupcake” (supongo que no todo será posible pero a ver cómo me las apaño)
Este es uno de mis primeros experimentos. Si disfrutáis con una buena tarta de queso, tenéis que hacer esta receta de cupcakes sin dudarlo. Están deliciosos y no os van a defraudar ni un ápice.
Algunas veces he hecho la tarta con masa quebrada y otras con galletas Digestive picaditas. Para mí gana la segunda opción (además que me resultaba más sencillo adaptarlo a un cupcake)
Ingredientes para la base:
150 gr. galletas Digestive (también podéis usar galletas María tradicionales)
35 gr. mantequilla a temperatura ambiente
Ingredientes para el relleno:
375 gr. crema de queso
115 gr. azúcar
30 gr. harina
1 cucharadita ralladura de limón
1 cucharadita ralladura de naranja
2 huevos
85 gr. nata para montar
Preparación:
En primer lugar, preparamos el molde de cupcakes con las cápsulas. Mezclamos suavemente la mantequilla con las galletas digestive bien picaditas. Cuando obtengamos una mezcla consistente y ligada, forramos la base de los cupcakes y nos ayudamos de una cuchara o un vaso para alisar la superfície.
A continuación, preparamos el relleno batiendo la crema de queso con el azúcar, la harina, la nata y las ralladuras de naranja y limón. Incorporamos los huevos uno a uno y seguimos batiendo hasta obtener una crema suave y homogénea.
Añadimos el relleno a cada una de las cápsulas del cupcake (rellenamos más o menos como es habitual en cupcakes, hasta 2/3 de la cápsula) y horneamos a 180º alrededor de 45 minutos (si vemos que se están tostando podemos aplicar un papel de aluminio para protegerlos) Retiramos del horno y dejamos enfriar.
Para decorar podéis poner cualquier tipo de mermelada o incluso nata montada. En este caso, yo puse mermelada de arándanos salvajes (de una marca francesa que me chifla) mezclada con unas cucharaditas de gelatina neutra (para que cuajara mejor)
Espero que los disfrutéis, en casa volaron a ritmo frenético, casi no tuve tiempo ni de enseñárselos que ya estaba el plato vacío.
