La recomendación de los expertos es tomar entre 2 y 3 raciones diarias de lácteos, siendo al menos una de yogur, por ser rico en proteínas y calcio, nutrientes esenciales para un desarrollo y crecimiento sano, así como para la correcta función metabólica. En su proceso de fabricación no se alteran las propiedades nutritivas de la leche y además se suelen enriquecer con seroproteínas y minerales.

Este alimento se conoce desde hace milenios, pero no se generalizó su consumo entre la población hasta su producción industrial que se inició, precisamente, a comienzos del siglo XX en nuestro país. El yogur, es un producto que se obtiene al fermentar la leche con las bacterias Streotococcus  thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, tiene todas las ventajas de la leche, como la importante aportación equilibrada de nutrientes (proteínas, vitaminas y calcio), pero con menos lactosa y de más fácil digestión, y está enriquecido en calcio y proteínas. Las seroproteínas que contiene  pueden aumentar la sensación de saciedad lo que ayuda a reducir la ingesta de alimentos, y  también ayuda a mantener un peso saludable. “El yogur puede considerarse un alimento imprescindible en el marco de una dieta equilibrada y variada”, es la conclusión a la que llega la doctora Manuela Juárez, profesora de investigación del CSIC y miembro científico del Instituto Danone en su intervención ante la Real Academia Nacional de Medicina.

Control del peso corporal

Diversas investigaciones han comprobado que los lácteos en general, pueden contribuir a la regulación del peso corporal. En el caso del yogur, suele ser habitual  incorporar fracciones de leche en el proceso de elaboración, fundamentalmente seroproteínas, que favorecen este efecto saciante.

Además, la doctora Juárez señala que “hay estudios que indican que la ingesta de lácteos, como el yogur, contribuye a la disminución del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2”, y añadió que “en los procesos de fermentación de la leche, y por lo tanto en los yogures, se liberan péptidos con propiedades antihipertensivas”.

Los lípidos de la leche son fuente de ácidos grasos esenciales, necesarios para ciertas funciones que el organismo no puede sintetizar, por lo que deben obtenerse por medio de la dieta. Además sirven de transporte a las vitaminas liposolubles que contiene la leche. Tradicionalmente se ha desaconsejado la ingesta de leche entera a personas con problemas cardiovasculares, sin embargo, la doctora Juárez presentó los últimos estudios clínicos que indican que “la ingesta de lácteos enteros -en el conjunto de consumo de productos lácteos equilibrados- no incrementa el riesgo cardiovascular en  individuos sanos”.

Calcio

Casi el 60% del calcio que ingerimos proviene de la leche y es muy difícil de sustituir por otra fuente. Además el contenido en vitamina D, potasio y magnesio de la leche facilita la absorción de este mineral. Son bastante conocidos sus efectos para la salud y el desarrollo de huesos y dientes. Los que no están tan divulgados son sus efectos en el control del peso. En diversos  estudios se ha propuesto que el calcio está relacionado con el metabolismo de las grasas, de manera que un incremento en la ingesta de calcio que contienen los productos lácteos puede favorecer la excreción de grasa, que puede contribuir a un balance de energía negativo.

La lactosa

Se calcula que entre un 20 y un 40% de la población en España tiene algún grado de intolerancia a la lactosa, sustancia presente en la leche de todos los mamíferos como fuente de energía. Muchas de estas personas reducen el consumo de lácteos porque sienten algunas molestias cuando los toman, algo que, según la doctora Juárez, no es lo más recomendable pues lácteos como el yogur, el queso y otros productos de leche fermentada reducen considerablemente sus niveles de lactosa y la hacen más digerible, con lo que hacen posible acceder a los múltiples beneficios que aportan los productos lácteos a la dieta.

La recomendación de los expertos es tomar entre 2 y 3 raciones diarias de lácteos, siendo al menos una de yogur, por ser rico en proteínas y calcio, nutrientes esenciales para un desarrollo y crecimiento sano, así como para la correcta función metabólica. Además, este producto es uno de los pocos alimentos fermentados con microorganismos vivos que facilitan la digestión de la lactosa. El yogur acompañado de un estilo de vida saludable brinda beneficios para la salud como el control de peso, por lo que consumir un yogur cada día mejora la calidad de la dieta.

 

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