Cáncer. Al pronunciar esta palabra un escalofrío recorre todo mi cuerpo. ¿Por qué tienes que existir? ¿Por qué te llevas por delante a nuestros seres más queridos?

Mi nombre es Adrià Cruz (@adriazurc), tengo 18 años, soy deportista de fondo y mi tío falleció de cáncer. Y tu te preguntarás: “¿Y qué importa esto?”. Pues importa, y mucho, ya que el reto que os contaré a continuación tiene sus inicios en este hecho.

Hace escasamente 6 meses, estaba hablando por teléfono con mi amigo Roger Lacaci (@rogerlacaci). Era verano y discutíamos sobre qué carreras haríamos la temporada siguiente. Es decir, la temporada de este 2015 que estamos actualmente. Yo le conté todas las “locuras” que tenía pensado hacer y le comenté que también me gustaría montar algún reto contra el cáncer, en homenaje a mi tío y a todas las víctimas, que esta maldita enfermedad se ha llevado por delante. Enseguida, Roger, me dijo que un familiar suyo también había fallecido de cáncer y que le encantaría formar parte de este reto.

Nos pusimos manos a la obra. Fuimos a proponérselo a “Catalunya Contra el Cáncer de Girona”, ellos asombrados, nos dijeron que hiciéramos lo que hiciéramos nos apoyarían en lo que hiciera falta. También se lo propusimos algún sponsor como Madform y hawkers y ni se lo pensaron, se unieron dentro del proyecto al momento. Junto a todos ellos, creamos unas pulseras solidarias, que aún se pueden adquirir por 5 euros enviando un mail a alexandra.pau@aecc.es . Todo el dinero recaudado será destinado a la “Associación Española Contra el Cáncer – Catalunya Contra el Cáncer”.

Con Roger estuvimos barajando el recorrido que tendría el reto, ya que a parte de una aportación económica, queríamos hacer una aportación física. Por ell@s, por tod@s los que han luchado, están luchando y por desgracia, tod@s aquellos que en un futuro tendrán (o tendremos, porqué en esto del cáncer no sabes nunca si esta maldita lotería te tocará) que luchar contra esta enfermedad. Finalmente y después de muchas propuestas, decidimos que recorreríamos corriendo, la distancia que separa Barcelona de Girona. Nada más y nada menos que 120km por la N-ll (puro asfalto) y esto tendría lugar los días 31 de enero y 1 de febrero, 4 días antes del día mundial contra el cáncer. En el reto también se unió GAES Solidaria, que por cada 10Km que nosotros hiciéramos, donaría un audífono a dos escuelas de niños sordos en Perú.

Lo teníamos todo, los sponsors; las ganas, la motivación; la distancia; la fecha… Sólo quedaba entrenar y prepararnos a conciencia para que cuando ese 31 de enero llegará, estuviéramos lo más en forma posible, tanto de piernas como de mente.

Ese día 31 de enero llegó, tu dirás si llegó… Aún cuando cierro los ojos puedo recordar aquel preciso y precioso instante. Eran las 6 de la tarde cuando le di al “start” de mi cronometro. Salíamos de Plaça Catalunya de Barcelona entre aplausos y gritos de todas las personas que vinieron a darnos ánimos. Nuestro único objetivo era llegar a Girona antes de las 11 de la mañana del día siguiente. Durante el reto nos acompañaría un coche que nos haría la asistencia. En este coche iba: Marc Pijoan de Madform y David Subirana. Ellos se convirtieron durante estos dos días en nuestros amigos, en nuestra familia y sobretodo en nuestros ángeles de la guarda.

El primer control lo hicimos a los 21km, media maratón, que entre risas y cachondeo pasaron volando. Tuvimos que pararnos y esperar, ahora no recuerdo exactamente el nombre del pueblo, a que nuestra asistencia llegara, ya que no estaba previsto que tardáramos tan poco, imaginaros como íbamos…

Hasta el km40 nos acompañó un chico con su MTB, Eloy Solé. Allí aprovechando un avituallamiento, un equipo de TV3 ( televisión pública catalana) aprovechó para hacernos una entrevista y grabar cuatro imágenes. Hasta el km 5O todo fue medianamente bien. A la 1 de la madrugada , mientras corríamos llamaron de “El Larguero” de Cadena Ser para saber cómo íbamos y hacer una entrevista rápida.

Hasta ahora la cosa iba bien, pero nos encontramos ya en el km60. No me preguntéis en qué localidad nos encontrábamos, soy malísimo con esto de los nombres. A partir de aquí empezó verdaderamente el reto. Era de madrugada, el cansancio se apoderaba de nosotros, nos perdimos en un tramo, la lluvia nos había mojado y empezó un factor que nosotros no podíamos controlar, el frío (-5 grados). Roger, que días antes del reto había estado enfermo, volvió a recaer. Íbamos corriendo y recuerdo que me decía: “¿Tío, no tienes frío? Yo estoy congelado”. Y yo le decía: “Cómo puedes tener frío si vas con 8 capas (sí, sí ocho capas son ocho capas y de las gruesas) y yo iba solamente con una térmica y un cortavientos.

Llegar a cada avituallamiento, era como llegar al cielo. Allí recargábamos agua, isotónico, comida y los más importante, Marc nos daba un masaje con la Cremy Gel de Madfrom. La Cremy Gel (bendita Cremy Gel) aparte de reactivar nuestra musculatura nos proporcionaba calor y esto en aquellas condiciones era como darle agua a un sediento.

Las horas más críticas fueron durante las 5, 6 y 7 de la mañana, aproximadamente en los km80-90. Las condiciones no eran las mismas que horas anteriores, está claro. Íbamos mucho más cansados, teníamos frío (mucho frío), sueño, los ojos fatigados se nos cerraban (correr toda la noche con un frontal en la cabeza hace que lleves la vista muy forzada.) Al llegar al avituallamiento después de un tramo de subida muy largo le dije a Marc: “Marc, no puedo más, o vomito o exploto”. No daré detalles de como fue, pero en aquel avituallamiento lo saqué todo (incluido las papillas de cuando tenía 2 años). Roger también estaba mareado y cargadísimo de piernas. Pero en este km crítico, hacia el km 100, donde pasan todo tipo de pensamientos por la cabeza, nos dijimos: “La gente que lucha contra el cáncer está sufriendo toda una vida, día a día, y ahora nosotros estamos sufriendo sí, vale, pero este sufrimiento se acabará cuando lleguemos a Girona. ¿Como podemos ser tan egoístas? “ Estas palabras nos sirvieron para motivarnos y para coger fuerza de donde no habían y llegar a las 11:05h de la mañana clavadas Plaça Catalunya de Girona después de 120km para homenajear a todas las familias y victimas del cáncer, aportando nuestro granito de arena para conseguir que “cáncer” algún día, se solo un signo del zodiaco.

Con nuestra llegada a Girona y completando los 120km, gracias a GAES Solidaria conseguimos 12 audífonos para dos escuelas de niños sordos en Perú.

Desde aquí queremos dar las gracias a todos y cada uno de los sponsors que nos han apoyado en todo momento, dar las gracias a todas aquellas personas que habéis comprado vuestra pulsera solidaria del #RetoContraElCáncer y mandar muchísima fuerza a todas aquellas personas que estáis luchando contra esta maldita enfermedad. ¡Sois muy grandes!

 

 

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