Nepal era, hasta el terremoto del sábado, el 4° país más pobre del mundo. Sus habitantes puede que no sean los ‘seres de luz’ con los que muchos fantasean al pensar en el Tibet, pero a la hora de acoger con una sonrisa a turistas de los peores ‘pelajes’ llevan décadas siendo verdaderamente ejemplares.
Sobrevivir a una catástrofe que ya acumula más de 5.000 muertos, y denunciar que el gobierno nepali te ha tratado peor que a un perro por el mero hecho de tenerte confinado en el aeropuerto 50 horas sin mantas es ser un soberano hijo de la gran puta.
Que en plena situación de emergencia, te “roben” queriendo cobrar 10 dólares por una botella de agua, es el reverso de la moneda de todos los mochileros que desde siempre han ido allí queriendo pagar dos duros por los servicios de un sherpa aprovechándose de la desigualdad de su poder económico.
El testimonio de este chico extremeño ocupa la portada de El País y de El Mundo diciendo que la gente de Nepal son la peor escoria que ha conocido y que se siente orgulloso de ser español por el hecho de haber sido el primer contingente de extranjeros evacuado de la zona.
En mi código moral, si logro sobrevivir absolutamente indemne a algo así no acepto montar en un Falcón que dispone la fuerza aérea de mi gobierno y escapar en 24 horas, sino quedarme a ayudar en lo posible. Al mismo tiempo, entiendo que haya gente que solo se preocupe de salvaguardar su propia seguridad, o que haya quedado tan traumatizada que solo desee volver cuanto antes, pero haber viajado hasta allí con la idea de pasar unos meses de mochilero aventurero con mil y pico dólares y criticar que en medio de semejante emergencia no te hayan evacuado con honores de maharajá eso sí que lo encuentro inmoral.
Más que el sensacionalismo insultante que concentran polémicas como la de este ingrato, lo que yo sí querría ver en las portadas de nuestra prensa es el testimonio de la gente que ayuda, el de los médicos españoles y los voluntarios desplazados allí, el del personal de la embajada que sé que no descansa desde el sábado (España no cuenta con embajada en Nepal y todo se está centralizando desde la de Nueva Delhi)
La solidaridad es justo lo que hay que estimular, no el odio y mucho menos estúpidas supremacías nacionalistas, sobre todo con países entre cuyas economías van dos mundos de por medio.

Raúl Nuevo

raúl nuevo

Conecta con nostros
Últimas Noticias
CLOSE
CLOSE