La tierra provee lo suficiente para la necesidad de todos sus habitantes pero no para la codicia humana.
Compramos comercio justo, orgánico, ahorramos recursos porque sabemos que lo justo es cuidar nuestro planeta, a nosotros mismos.
Pero cerca de 1.000 millones de personas pasan hambre y 40.000 morirán por ello a diario.
La ONU señala que una alimentación vegana acabaría con esta hambruna.
Para saciar nuestros paladares se gastan cantidades enormes de grano para alimentar a los animales.
455 gr. de carne requieren 10.000l de agua.
Asesinamos 50 millones de animales terrestres y cientos de miles de millones de animales marinos al año.
Talamos árboles para despejar la tierra donde cultivar grano para alimentar al ganado.
Los océanos se mueren: Tortugas, focas, delfines quedan atrapados en redes.
Se crean zonas muertas.
Nuestro aire se contamina con los gases de los excrementos 130 veces mayores que la población humana.
Todos hemos conocido y conectado con algún animal. Hemos visto su bondad, su miedo, sus ganas de vivir.
¡Hablamos con perros y gatos! Incluso reconocemos una mejor relación con ellos que con muchos de nuestra especie.
No son distintas sus emociones que las del resto de animales. Su amor, su angustia.
El veganismo ha cambiado mi vida. Ya no hay rencores, ni odios. No hay codicia ni ego. Hay más bondad, más calma, respeto y amor.
Mi salud ha mejorado. Se fué la anemia, las analiticas flojas. Ni un resfriado desde entonces.
Recuerda que recibes lo que das y que la Naturaleza ya ha extinguido a especies mucho más grandes y fuertes que la nuestra.
Que ningún corazón se ha de apagar para que el tuyo lata.
Infórmate. Valoralo. Es por ellos, por el planeta y por ti.
Meritxell Bellido
