Para definir que son las muelas del juicio podemos decir, si usamos tecnicismos, e intentando que quede claro para ti, lector que has acudido a este artículo porque aunque habrás oído hablar de ellas quieres una explicación profesional, decirte que:
Las muelas del juicio, son las ultimas que aparecen al final de la arcada dentaria, son los terceros molares o cordales. Aparecen normalmente entre los 16 y los 25 años (por eso se les llama muelas del juicio), aunque también pueden no aparecer, pero ese no aparecer responde a dos situaciones, o que no se hayan formado y no existan, o que se formen “inclinadas” y eso les impida erupcionar correctamente. Esta última situación provoca a su vez dos nuevas situaciones, o una media erupción impactando con las coronas de las vecinas (semi incluidas) o bien que incluso no puedan ni erupcionar, al impactar en este caso con las raíces de las vecinas, ocasionando su erosión con el consecuente riesgo de perder la muela afectada (incluidas)
Son molares que la propia genética está haciendo que desaparezcan. Responden a vestigios de cuando los homínidos tenían mandíbulas más largas y con ello, más muelas que les permitían masticar eficazmente la dieta vegetal de por entonces. Según hemos ido evolucionando y cambiando la dieta, las mandíbulas se han ido acortando impidiendo en muchos casos, la erupción y el correcto posicionamiento de ese tercer molar.
Esa falta de espacio para su correcto posicionamiento es lo que provoca la mayoría de los problemas añadidos que indican su extracción. El más importante de esos efectos secundarios es el propio dolor que generan en su erupción cronificada. La propia mala erupción genera inflamación de los tejidos que las envuelven y cubren lo que impide incluso cerrar correctamente la boca. Al cerrar, te muerdes con los antagonistas la zona inflamada, se inflama más y te muerdes más, creándose un ciclo doloroso que además puede complicarse con infecciones por depósitos bacterianos, que pueden llegar a afectar al hueso adyacente, propagándose hasta la mejilla o el cuello
Esta última complicación llamada pericoronaritis se produce por la dificultad para la higiene que supone su ubicación tan posterior y los rincones que se originan con su posición anómala. Si están a medio erupcionar, restos del tejido que las cubren permanecen y crean bolsas en las que las bacterias se acantonan, proliferan y se infectan. Incluso si están totalmente erupcionadas, esa difícil situación higiénica, hace que desarrollen caries que incluso comprometen a las muelas adyacentes, Si salen torcidas empujando a las vecinas, pueden movilizar al resto de la arcada creando apiñamientos, aunque esa teoría es discutible, ya que si el resto de la dentición está estable y ordenada es muy difícil que la afecte.
La extracción de los cordales de forma preventiva y en estado germinal (sin desarrollar) es una práctica que se va perdiendo, ya que es mucha también la población que dispone de terceros molares bien situados y útiles para su masticación. La extracción se indica cuando se ocasionan infecciones de repetición por esa dificultad en la higiene que obliga a la toma de antibióticos con demasiada frecuencia o por el dolor cíclico que generan con cada intento de salir. En definitiva, cuando dan demasiada sintomatología, cuando te acuerdas de ellas en demasiadas ocasiones, deben extraerse.
Otra indicación habitual para realizar las extracciones de forma preventiva, es en el caso de realización de tratamientos ortodóncicos, con el fin de prevenir la recidiva, si bien es una indicación muy discutible, ya que los mantenedores que culminan cualquier tratamiento de ortodoncia deben ser los responsables de evitar esas recidivas
La extracción de los cordales NO es necesaria si:
Están sanos
Están completamente erupcionados
Están correctamente colocados y ocluyen adecuadamente en sus dientes oponentes.
Pueden ser cepillados y limpiados fácilmente
Las extracciones de las muelas del juicio no dejan de tener posibles complicaciones que deben analizarse para su prevención.
Complicaciones
Sin pretender extenderme mucho en este tema, se debe resaltar la diferencia que existe en la evolución postoperatoria de los cordales inferiores o superiores. Y esa diferencia radica básicamente en la calidad del hueso que les rodea y en el lugar que ocupan cada una.
Las superiores están rodeadas de un hueso blando, que permite su movilización sin afectar a las piezas vecinas y con un buen mantenimiento de las crestas óseas circundantes. Por otra parte, en caso de estar totalmente incluidas, también es verdad que la dificultad en la extracción aumenta por esa situación de arriba y al final de la arcada dentaria que impide acceder y manejar el instrumental quirúrgico de una forma simple.
Las inferiores, están rodeadas de un hueso mucho más compacto y en una zona de ángulo entre el cuerpo y la rama de la mandíbula. Su movilización es en principio mas compleja y en ocasiones resulta imposible sin realizar osteotomías (sin eliminar ese hueso circundante), que incluye el tabique que separa un diente de otro, con lo cual es fácil imaginar que dejaremos el molar vecino sin pared ósea en su zona posterior.
Tanto en las superiores como en las inferiores, pueden quedar esquirlas óseas que al quedar como cuerpos extraños retardan la cicatrización hasta que el paciente no las expulsa o se retiran de forma sencilla por el profesional.
Las hemorragias no son frecuentes suponiendo que el paciente no tenga ninguna alteración de la coagulación. La evolución convencional son pequeñas hemorragias en sábana que con compresión con gasa durante unos minutos ceden sin problemas. El suturar las heridas es un añadido que sin duda favorece que no sangre y que el coagulo resultante se mantenga dentro del alveolo residual favoreciendo la cicatrización.
El dolor postoperatorio debe contemplarse en las cirugías de las muelas del juicio, diferenciándose también en este caso entre las superiores y las inferiores. En las superiores el postoperatorio es muy suave, llegando a ser inexistente. En las inferiores el trauma extractivo es más importante y su localización en el ángulo mandibular puede ocasionar que su inflamación origine trismus, que se define como una dificultad a la apertura bucal por la inflamación producida en la extracción del cordal, afectando al músculo pterigoideo interno; ocurriendo una constricción de la mandíbula que imposibilita al paciente abrir la boca. Ante la presencia de un trismos severo, el tratamiento consiste en antibióticos, antiinflamatorios relajantes musculares y mecanoterapia que consiste en un sencillo instrumento, como es una pinza de madera de colgar la ropa que puesta entre los dientes del paciente hace de palanca para mover la constricción muscular.
También en ocasiones y en intervenciones largas y complejas pueden producirse sobrecargas de la ATM (de la articulación), que también cederán con el tiempo, antiinflamatorios y relajantes musculares
Una de las complicaciones más frecuentes que se derivan del necesario uso de los anestésicos con vasoconstrictor, de la propia actitud del paciente al enjuagarse demasiadas veces o de forma demasiada vigorosa es que se produzca una alveolitis seca. Es decir que la herida se vacíe de sangre, que no se forme el coagulo cicatricial y quede como un hueco vacío y con el hueso en contacto con el exterior. Esta complicación es muy dolorosa, y debe tratarse volviendo a anestesiar y legrando el alveolo para que sangre, y por supuesto dando un antibiótico de amplio espectro.
Las complicaciones procedentes de la proximidad del cordal al nervio dentario inferior, debo nombrarlas pero no extenderme ya que el contacto con el nervio lo considero mas como un accidente que como una complicación “posible” de las extracciones. En los casos donde exista la duda de esa proximidad es conveniente solicitar tomografías (TAC), que nos aseguren la viabilidad o no de la extracción del cordal afectado.
.Para evitar los problemas que provocan las muelas del juicio, es necesario visitar a su dentista, que evaluará la situación y podrá indicar la conveniencia de la extracción y llegado el caso proceder a ella. Sin embargo, no solo debe acudir a clínica cuando experimente dolores y molestias. Aunque las muelas del juicio se estén desarrollando de forma correcta, una supervisión profesional, tanto de su nacimiento como de su evolución, es esencial.
El control de su erupción y la limpieza que se está ejerciendo sobre ellas y su entorno deben ser supervisadas de forma regular.
Dr Jose Mª Arano Sesma
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