El bolígrafo de gel verde, Lo que encontré bajo el sofá y Cuentos para entender el mundo es la mejor presentación de Eloy Moreno, un escritor valiente, comprometido con nuestra sociedad y un enamorado de las “vidas comunes”.

Mucho ha pasado desde que aquel chico que iba de librería en librería repartiendo ejemplares de su novela… Actualmente, podemos observar colas larguísimas de corazones impacientes por conseguir una firma suya. A Eloy no se le resisten ni las comas, ni los puntos… Porque su pluma destila realidad y magia a partes iguales.

Parece que los “bits” no vayan muy ligados a las letras. Eloy, explícame, cómo un informático llega a ser todo un súper ventas de novelas.

 

Pues la verdad es que no es tan raro, conozco a bastantes informáticos que también escriben. Quizás sea como una vía de escape a tanto bit, a tanto número, a tantas operaciones…

 

Unas de tus primeras aventuras en el mundo de la literatura fue la de repartir, librería por librería, con una maleta, ejemplares de El bolígrafo de gel verde. ¿Qué fue de aquella maleta? ¿Habitan los mismos sueños en ella?

 

Pues la maleta la he jubilado hace apenas un mes, tras la última Feria del Libro, y no porque no la usara, sino todo lo contrario, porque las ruedas ya no aguantaban. Ahora me he comprado una pequeña carretilla plegable, jeje. Así que los sueños son los mismos, de hecho mi último proyecto también ha sido auto editado. Un libro de cuentos.

 

3-. Imagino que ser un escritor conocido te debe aportar muchas cosas positivas, pero ¿qué te ha quitado ser popular?

En mi caso la verdad es que me ha quitado muy poco, quizás tiempo, pues suelo pasar muchas horas interactuando en las redes sociales, hablando con los lectores, pero es algo que me encanta, así que yo, de momento, lo veo todo positivo.

“Día a día la presión aumenta y se siente más y más atrapado, su espacio vital se reduce hasta el día en que compra un bolígrafo de gel verde y su vida comienza a cambiar. Un objeto aparentemente insignificante pero que logra mover los cimientos de su existencia”. El bolígrafo de gel verde.

¿Verdaderamente crees que un objeto tan común e insignificante, como un bolígrafo, puede replantearte la vida?

Bueno, no el objeto en sí, podría haber utilizado una pulsera, una foto… creo que los cambios siempre vienen de las ideas, de situaciones que se nos escapan, situaciones nuevas… y quizás la búsqueda de ese bolígrafo era la puerta hacia otro tipo de vida.

En tu novela dices: “¿puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?” Sabiendo como se vive actualmente en las ciudades, ¿crees que al igual que tu personaje nos dejamos llevar por la monotonía?

Por supuesto, y la mayoría de veces vivimos en esos metros cuadrados, lo que pasa es que ni siquiera lo pensamos. Pero si nos ponemos a contar en qué superficies vivimos nos sorprenderíamos. Y sí, la rutina te aplasta.

El personaje de El bolígrafo de gel verde, después de una serie de circunstancias, se abandona. ¿Piensas que para renacer es necesario hundirse en el más oscuro de los pozos?

Creo que para cambiar es necesario que nos ocurra algo, la mayoría de veces debe ser algo grave, de lo contrario no cambiamos, se está tan bien en la zona de confort.

“Con el paso del tiempo he comprendido que no hay secretos más difíciles de guardar que los propios, porque éstos, a pesar de creerlos controlados, saben cómo ir atravesando las grietas de nuestra conciencia”. Lo que encontré bajo el sofá.

Has dicho que muchos de tus personajes están inspirados en gente que te ha contado sus secretos…  ¿Para Eloy, el mundo es un gran escenario del que puede extraer los  personajes? ¿Por qué?

Sí, por supuesto, creo que todo el mundo tiene una o varias historias que contar, creo que el mayor campo de inspiración siempre es la realidad.

Hablando de tu novela Lo que encontré bajo el sofá, ¿por qué  hiciste el paralelismo entre el Toledo actual y el Toledo de Gustavo Adolfo Bécquer? ¿Y qué es lo que no ha cambiado?

 

Hace ya años fui a Toledo y me enamoré de la ciudad, siempre pensé que sería un buen escenario para hacer una novela. En Toledo se han ambientado muchas historias, pero casi todo era novela histórica, no había nada actual. Por eso decidí ambientar allí una historia del día a día. Y conforme vas investigando sobre la historia, las leyendas… Más te das cuenta de que la humanidad no avanza en algunos aspectos, sobre todo en los de las relaciones personales.

Por desgracia, ahora vivimos en un sociedad donde la palabra tabú en si misma ya es un tabú, ¿por qué tenemos tanto miedo al qué dirán?

Vivimos en una sociedad donde cualquier opinión puede considerarse una ofensa, donde un chiste puede condenarse… No sé, no sé cómo hemos llegado a esto, parece que solo podamos vivir rodeados de eufemismos.

 

Una de las cosas que me ha llamado la atención son los cambios de párrafos: al igual que haría un cámara, haces que el lector se cuele como un espía de ventana en ventana, de puerta en puerta, de vida en vida…. ¿Para qué usas este recurso?

Lo utilizo para ver qué ocurre en otras vidas, para ver qué ocurre en el interior de cada casa, en esos lugares donde se guardan tantos secretos. Al fin y al cabo, de eso va la novela.

“¿Y si son las ramas las que mueven el viento?” Cuentos para entender el mundo.

Cuentos para entender el mundo en el que adaptas cuentos populares con ilustraciones de Pablo Zerdá, por cierto, un precioso libro  ¿A qué fue debido su nacimiento?

 

Era un proyecto que tenía ya hace unos años en mente. La idea era recuperar todos esos cuentos que con cuatro palabras te dejan pensando días. Nunca me han gustado especialmente los cuentos típicos de Caperucita, los cerditos… Creo que hay cuentos mucho más bonitos, como estos que he recuperado de grandes autores.

 

Y para terminar, Eloy ¿qué has sentido al adaptar cuentos populares?

Es como un homenaje a Tolstói, Esopo, la cultura india, oriental… Era una forma de recuperar muchos cuentos que se habían ido perdiendo.

Pili Egea

2015-06-11 14.51.48

Conecta con nostros
Últimas Noticias
CLOSE
CLOSE