El por que recomiendo una escapada a la naturaleza, para encontrar belleza y paz.
Hará unos días, vi una frase que decía:
Un buen remedio para acabar con tu cansancio emocional es disminuir los ‘debería’. Es cierto, pero y eso ¿Cómo se logra?
Aunque parezca mentira, esto es más comun de lo que nos pensamos y la causa viene dada por la forma de vida que llevamos.
La presión subyacente y la falta de ilusión en casi todo, es lo que provoca ese cansancio psicológico. Y si no hay motivaciones, falta el impulso y algo más…
Nos da la impresión de sentirnos cansados y agobiados por tantas y tantas cosas y el remedio pasa por descansar más, comer mejor, aprender algo nuevo e interesante, practicar nuestras aficiones favoritas, conversar, salir un poco e intentar romper con la rutina dándonos un pequeño placer.
En definitiva, aunque parezca increíble, la respuesta a muchas de nuestras preocupaciones la tenemos nosotros mismos.
Por ello hoy os proponemos alojaros en la casa rural El Clos para hacer todo aquello que no haceis estando en la ciudad, podeis podréis respirar del ambiente pausado y tranquilo: slow, y a la vez de confortable cálido y acogedor, o bién realizar un abanico de actividades sin grandes desplazamientos rutas por multitud de senderos cercanos, rutas gastronómicas, salidas fotográficas, pasar buenos ratos jugando con los tuyos en el minigolf, del spa y otras muchas más cosas para disfrutar de unas inolvidables buenas mini-vacaciones.
La Casa Rural El Clos está en Conesa , en el centro geográfico de la Conca de Barberà, a un paso de los Monasterios de la Ruta del Cister, con un rico patrimonio histórico-cultural y paso de entrada a la Costa Daurada, en un entorno rural de una belleza paisajista única, y rodeada por laderas montañosas y drenada por los ríos Francolí y su afluente, el Anguera.
Conesa es un pueblo medieval recientemente declarado Patrimonio de Interés Cultural, es un enclave histórico de gran belleza que se manifiesta en su iglesia de estilo gótico-romano, su recinto amurallado, sus calles, plazas y portales llenos de encanto. El origen del nombre del pueblo es árabe “Kunisia”, que significa pequeña iglesia.
La historia documentada de Conesa empieza con su carta de población fechada el año 1043, cuando Ramón Berenguer I, El Viejo, concede el territorio a Bernardo Siniogfred, con la condición de construir un castillo para defenderse de los musulmanes. En el año 1073 consta que el castillo ya estaba construido y a su alrededor había una pequeña población.
En el año 1260 el rey Jaime I concede a Conesa el título de villa y el privilegio de un mercado semanal todos los miércoles del año, hecho que implicó la construcción de la Plaza y de un nuevo portal.
En el siglo XIV Conesa pasa a la Señoría de Santes Creus, es en esta época que se amplia la iglesia y entrado el siglo XV se finalizó la construcción del campanario y las dos cruces del término.
La época de esplendor de la villa fue en los siglos XIV y XV, cuando se construyeron la Creu de Terme, el recinto amurallado con dos portales de acceso, la Iglesia Parroquial Gótica, la Casa Delmera de Santes Creus, el Campanario neo-románico, la Iglesia Románica Sant Pere de Sabella y muchos más que iremos contándote en este blog.
Al visitar el casco antiguo de Conesa, por sus plazas calles y monumentos aun se percibe un cierto encanto que nos transporta a la época medieval.
El Barrio Judío se estableció en Conesa el 1 de Diciembre de 1390, privilegio otorgado a Santes Creus por el Conde-Rey Joan I. Situado en la calle Ravalla, una pequeña calle sin salida, que al ampliarse el núcleo primitivo, el Barrio Judío quedó dentro de la nueva muralla.
Cuando los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos, el 31 de marzo de 1492, a los habitantes de este pequeño barrio judío se les concedió un plazo de cuatro meses para convertirse al catolicismo y poder quedarse en el pueblo. La mayoría optó por convertirse. Hoy en día, aún se conservan nombres de casas de dicha procedencia como Cal Simón, Cal Pastoro, Cal Rovel, ( apicultor especialidad en cera) Cal Taverner, la herreria de Cal Noi.
Descendiente de una familia de judíos conversos, nació en Conesa alrededor de los años 1520/25, Fray Gerónimo Contijoch, que el año 1560 fue nombrado Abad del Monasterio de Santes Creus, el cual llegó a ostentar el cargo de Comisario General de la Orden del Císter y Prelado Catalán en el último período del Concilio de Trento.