Ramon Castel

Autor: Ramón Castel

El otro día me senté a ver un documental titulado la “educación prohibida”, pues quería documentarme respecto a un tema que me parece de vital importancia para nuestro futuro como sociedad.
Mi interés radicaba en la sospecha de que hay una merma en los contenidos y la calidad de los mismos. El documental está muy bien realizado, es de acceso libre y en alta definición, y en él una serie de profesores, psicólogos y pedagogos con puntos a veces convergentes y otras veces no tanto que parecen llegar a conclusiones parecidas; ellos exponen visiones diferentes a lo que debiera ser la educación, porque si hay algo que yo tengo claro es que las cosas no se están haciendo bien.
Esta visión no solo nace de los contenidos del documental, he podido hablar con un par de amigos que se dedican a la docencia así como con madres de niños en edad escolar y parecen corroborar mi punto de vista.
Los datos parecen ser incuestionables, el abandono escolar en España dobla la media europea, las reformas educativas se suceden al ritmo de cambio de partido político en el gobierno, la preparación de los alumnos es inferior a décadas atrás y parece que la ayuda de las nuevas tecnologías no da el resultado que debiera. ¿Es esta situación puntual de España, o sucede en otros países? Pues parece ser que no solo ocurre aquí, por la información que he recopilado en internet casos parecidos se dan en muchos países sudamericanos, a pesar del aumento de recursos destinados a la educación, esta merma en calidad. En cuanto al conjunto europeo observando gráficas tampoco parece que los resultado, la media tampoco parece ser como para tirar como para tirar cohetes. En EE.UU ya hace tiempo que la educación deja mucho que desear.
Quizá la sociedad en que vivimos ayuda a que esto sea así, según la opinión de los maestros con los que he hablado hay una ley del mínimo esfuerzo, la incorrecta aplicación de las nuevas tecnologías parece propiciarlo, así como un materialismo exacerbado. Estas cosas y la forma de instruir (y quizá esta palabra sea una de las claves, una de sus acepciones es “comunicar sistemáticamente ideas o conocimientos”) parece que eclipsa el interés y la curiosidad por el conocimiento, se vuelve una tarea tediosa, aburrida.
Otros factores se suman, más directamente relacionados con las materias a estudiar… se pasa de puntillas sobre ciertas materias, no se profundiza y se abordan más tarde, los libros de texto contienen demasiados dibujos, que según opiniones se asemejan a comics en lugar de a libros de texto… ¿Es esto fruto de las nuevas técnicas de enseñanza? ¿Es correcto acostumbrar a los alumnos de por ejemplo 14 años a obtener la información con ese tipo de formato? ¿Les preparara eso para en un futuro poder abordar un libro de tamaño medio sin que el formato les parezca una tarea titánica?
Según la opinión y la experiencia de los maestros consultados hoy en día un alumno de 16 años sería incapaz de aprobar un examen de historia que hace más de 20 se hacía a los alumnos de 12…lo cual no deja de ser preocupante, y es que dada la formación con que los estudiantes acaban el ciclo secundario, aquellos que escojan la opción del bachillerato verán en muchos casos fracasar sus esperanzas dado que en este, el nivel sí que se ha mantenido.
Y lo triste es que según me han informado los docentes esto viene dictaminado desde arriba. Parece ser que el interés es crear técnicos cualificados, lo cual no encuentro mal, ya que no todos los alumnos podrán acceder a trabajos que precisen de formación universitaria, pero, ¿para ello se debe devaluar la formación y la cultura de las nuevas generaciones? ¿Acaso no comporta eso un riesgo a nivel social? ¿Una población menos instruida no es una población más fácil de controlar?

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