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La región de Fuji Go Ko o de los Cinco Lagos se encuentra a los pies del monte Fuji. Tal como indica su nombre incluye 5 lagos: Yamanakako, el más grande, Kawaguchiko, el más accesible, y los pequeños Saiko, Shojiko y Mosotuko. El nombre de Kawaguchiko hace referencia tanto al lago como al pueblo situado en su orilla. Este pueblo es famoso como punto de inicio de las ascensiones al monte Fuji. Se trata de una de las típicas excursiones diarias para hacer desde Tokyo.
Nos levantamos pronto porque teníamos un largo camino hasta la zona de los Cinco Lagos. El trayecto para llegar hasta allí fue bastante complicado y aunque salimos a las 7:30 para aprovechar bien el día al final no llegamos hasta las 12 del mediodía! Primero cogimos la línea de tren JR Yamanote hasta Shinjuku, y al llegar allí empezaron los problemas. Buscábamos un tren que nos llevara a Otsuki, según la Japan-guide existía un tren expreso que iba directo pero no lo veíamos por ningún lado. Un chico nos lo consulto al móvil y nos dijo que no había expreso directo y que teníamos que coger el tren rápido de Takkao y luego hacer transbordo, fuimos corriendo pero no llegamos a tiempo. Así que otra vez a buscar el expreso. Nos pareció verlo pero un empleado de JR nos avisó que ese no paraba en Otsuki y que el que teníamos que coger era el rápido que no salía hasta las 9h. Habíamos perdido media hora dando vueltas para luego coger un tren más lento de lo que pensábamos. Al llegar a Otsuki teníamos que coger el tren privado Fujikyu de 1100 yens, que no entraba en el Japan Rail Pass. Justo cuando llegamos salía un tren expreso con un suplemento de 300 yens, pero como se hacía tarde lo pagamos. Finalmente, 4 horas después de salir de Tokyo llegamos a nuestro destino (Kawaguchiko).
Lo primero que hicimos al bajarnos del tren fue ir a la oficina de turismo de la estación donde nos atendieron en inglés y nos dieron mapas de la zona. Seguidamente nos encaminamos hacia el teleférico que sube al monte Tenjo. Cogimos solo billete de ida para luego bajar a pie. Parecía una cosa muy de niños ya que era lo que abundaba allí, en ese momento éramos los únicos turistas occidentales. Y es que arriba está todo bastante montado para los niños, con sitios para comer y jugar. Se suponía que desde el mirador del Tenjo había unas bonitas vistas del Monte Fuji pero estaba todo nublado y no se veía nada de nada. Qué lástima! Sabíamos que era difícil ver el monte Fuji en verano debido a las nubes. Pero ahora hemos averiguado que es casi imposible! Hay años en los que en los meses de verano, el Fuji no se ve ningún día! La mejor época para verlo es en invierno.
Como no había mucho que hacer allí subimos hasta la cima donde había un pequeño santuario (Komitake) que no valía mucho la pena. En cambio, nos gustó mucho el camino de bajada entre hermosas flores azules, lilas y blancas, las hydrangeas. Y es que estas flores son uno de los reclamos de esta zona para la época de verano. En el folleto del monte Tenjo indicaban para cada estación lo más destacado: las hojas caducas en otoño, la nieve del monte Fuji en invierno, los cerezos en flor en primavera y naturalmente las hydrangeas en verano. Tardamos unos tres cuartos de hora en llegar hasta el pueblo y fue un paseo muy agradable.
Para desplazarse por el pueblo de Kawaguchiko lo mejor es coger el Retrobus. Existe un pase de dos días con uso ilimitado por 1000 yens que vale la pena ya que las distancias son bastante largas. No lo sabíamos aunque a lo mejor tampoco lo hubiéramos cogido ya que nuestra intención inicial era hacer el trayecto hasta al final y volver a pie. Cogimos el bus al lado del teleférico y nos bajamos en la última parada (la 21). Tuvimos que discutir un poco con la conductora ya que nos quería hacer pagar toda la línea (470 yens) cuando lo habíamos cogido a la parada 10. Finalmente logramos que nos entendiera aunque luego la diferencia de precio no fue mucha (400 yens).
Al final del recorrido del Retrobus se encuentra el Oishi Park, un jardín lleno de flores muy bonito. Tuvimos suerte de estar en la temporada de la floración de la lavanda, que es entre mediados de junio y julio. Había un montón de gente cortando las espigas de lavanda para hacer ramos, iban bien equipados con guantes y tijeras de podar. Creemos que se tenía que pagar para coger un ramillete. La verdad es que estaban dejando las plantas bastante esquiladas!
Decidimos emprender el camino de vuelta a pie recorriendo la orilla del lago. Lástima que estaba todo nublado porque las vistas hubieran sido espectaculares. Nos parecía que no tardaríamos mucho en hacer toda la vuelta, pero después de una hora andando vimos que aun nos faltaba mucho camino y decidimos coger el bus. Recorrimos 7 paradas hasta la parada 10 donde lo habíamos cogido por la mañana y nos costó 350 yens.
En esa zona están las rocas volcánicas de Tatamiiwa donde hay un merendero en el que descansamos un poco. Eran ya las 5 de la tarde y decidimos volver a Tokyo ya que el trayecto iba a ser largo. Aunque nos quedamos con las ganas de ver el monte Fuji, es una excursión ideal para desconectar del ajetreo de la gran urbe y respirar aire fresco.
Autores: David Pérez Y Neus Nualart
Fuente: http://davidneusviajes.blogspot.com.es/